En la alfombra roja se vive todo el glamour, pero los números siempre pueden decirnos otra cosa. En el caso de uno de los conglomerados de lujo más importantes del mundo, específicamente de Kering, la cosa no pinta nada bien: en el primer informe trimestral han confirmado que sus ventas han disminuido en un 14%, lo que los llevó a tomar una decisión drástica que los dejó fuera del mapa del glamour: optar por no presentarse en la MET Gala de este año.
La disminución de sus ingresos, que alcanzó los 3.880 millones de euros de acuerdo al reporte de la compañía se atribuye principalmente a la debilidad continua de su marca insignia, Gucci, que registró una disminución del 25% en sus ventas, es decir, una caída del 33% en los ingresos por ventas al por mayor.
En respuesta a esta situación, Kering ha implementado medidas de reducción de costos, incluyendo el cierre de 25 tiendas de todas sus marcas en lo que va del año, como parte de una estrategia para optimizar su red de distribución y comercialización, sin embargo, ese no fue el único ajuste económico que realizó, ya que, en un movimiento que refleja la actual estrategia de contención, Gucci optó por no participar en la Met Gala 2025, un evento clave en el calendario de la moda.
Apariciones mínimas en la red carpet
En contraste con la situación de Gucci, Balenciaga, firma del mismo grupo, vistió a celebridades como Nicole Kidman, mientras que Saint Laurent vistió solamente a Rosé de BlackPink y a Hailey Bieber, marcando una de las menos concurridas participaciones de celebridades vestidas por marcas de la propiedad de François-Henri Pinault.
La decisión de no llevar representantes o embajadores de marca a la alfombra roja tiene mucho que ver con el costo que el grupo tendría que realizar en el evento: el boleto individual por celebridad tenía un precio de 75.000 dólares, mientras que el costo de una mesa puede llegar hasta los 600.000, que si cubrieron marcas como Thom Browne y Burberry.
Los movimientos creativos también ahorran dinero
Como parte de la estrategia que Kering ha implementado desde hace algunos años para aumentar sus ventas y beneficios, están los nombramientos de diseñadores que han trabajado para la marca como asistentes de grandes nombres de sus marcas insignia.
En el caso de Gucci, tras la salida de Alessandro Michele, fue Sabato de Sarno quien continuó al mando, buscando replicar el éxito del actual director creativo de Valentino, aunque sin éxito alguno y éste fue removido apenas dos temporadas después.
Alexander McQueen, marca que recientemente cambió su nombre, nombró a Sean McGirr tras la salida de Sarah Burton, y para evitar conflictos con los contratos actuales, movió a Demna Gvasalia de Balenciaga a Gucci, dejando (por ahora) a la firma del español sin una cabeza al mando.
Actualmente, Kering enfrenta un año desafiante, marcado por la necesidad de adaptarse a un entorno cambiante y de reimaginar el futuro de Gucci (y de sus otras marcas) para recuperar su liderazgo en la industria del lujo cambiando de estrategia: buscando a un nuevo diseñador que pueda replicar el efecto midas de Michele en Gucci.
Fotos de jaredleto
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